atrás Desde el mes de abril el gobierno del Estado de Chiapas ha iniciado una ofensiva contra los llamados municipios autónomos. Con todo lujo de violencia y con la, desde Acteal, tristemente conocida alianza entre los cuerpos policiales y los paramilitares priístas fueron arrasadas las instalaciones de dos municipios autónomos de reciente creación. En ambas operaciones hubo numerosos heridos entre hombres, mujeres y niños, se produjeron torturas y vejaciones contra los simpatizantes de los zapatistas, fueron detenidas las presuntas autoridades autónomas y hubo varios desaparecidos. El despliegue de las denominadas fuerzas de orden en estos operativos (más de mil elementos en cada uno) que viene acompañado de una ofensiva propagandística de los estratos del poder hace pensar que el gobierno mexicano ha abierto otra frente en su lucha contra la insurgencia de los zapatistas. ¿Pero, por qué esta saña contra los municipios autónomos? LOS MUNICIPIOS AUTÓNOMOS ZAPATISTAS
Formalmente, el proceso de creación de municipios autónomos comenzó en octubre de 1994 cuando las organizaciones indígenas integradas en la Asamblea Democrática del Pueblo Chiapaneco (AEDPCH) anunciaron la creación de Regiones Autónomos Pluriétnicas (RAP) coordinadas en un parlamento indígena. En diciembre de 1994, el EZLN rompió de forma pacífica el cerco militar y anunció la creación de treinta nuevos municipios sobre el territorio de los 23 municipios reconocidos oficialmente. En aquel entonces esta proclamación sólo arrancó comentarios burlones por parte del gobierno estatal.
No obstante la actitud de soberbia de las clases dominantes chiapanecas que no conciben a los indígenas sino como sumisos y inútiles y, por tanto,incapaces de regir su propio destino, los municipios autónomos han ido tomando cuerpo desde entonces. Lo que ha requerido su tiempo, no sólo por las enormes dificultades de comunicación y la acuciante falta de medios, sino porque la constitución de un municipio autónomo es un proceso eminentemente democrático. A diferencia de los municipios oficiales nacidos por decretos gubernamentales y conforme a los intereses de dominación y explotación, los términos municipales de los municipios autónomos los deciden los propios habitantes de la zona según lazos históricos, condicionantes geográficos (aún así la gente, a menudo, tiene que caminar varias horas para llegar a la cabecera municipal), facilidades de comunicación y de intercambio de productos y, a veces, según pertenencia a una etnia determinada.
Respecto a lo último cabe resaltar que existen toda una serie de municipios autónomos donde p.e. conviven comunidades tojalabales con tzeltales o comunidades de mestizos con comunidades pertenecientes a etnias indígenas. Lo cual demuestra otra vez, si cabe, que lo que está en juego en Chiapas no es una cuestión étnica.
Este proceso democrático de constitución no se limita al proceso de definición de la territorialidad sino que engloba toda la determinación del funcionamiento del municipio autónomo. Aquí se ha producido una especie de híbrido entre las formas tradicionales de autogobierno de los pueblos indígenas y elementos innovadores.
Así por ejemplo, se ha mantenido la tradición indígena según la cual la asamblea de cada comunidad es el órgano máximo de decisión y al mismo tiempo se ha adoptado un funcionamiento consejista para la coordinación de las decisiones. Para ilustrarlo mejor, valga como ejemplo un municipio autónomo integrado por comunidades tzeltales y tojalabales:
El territorio de este municipio autónomo zapatista comprende unos 10.000 habitantes que viven en cerca de 60 comunidades. La asamblea de cada comunidad elige sus autoridades según sus usos y costumbres en una asamblea abierta de todos los habitantes en la que puede votar toda persona que tenga más de 16 años. Se suelen elegir cuatro personas para los siguientes cargos: presidente municipal, suplente, secretario y tesoreroLos cargos son revocables en cada momento. Estas cuatro personas, aparte las funciones que tienen que desempeñar en sus comunidades, son enviados como delegados a una de las tres asambleas regionales que integran el municipio. Entre estas tres asambleas regionales se determinan los integrantes de 13 comisiones que a su vez cuentan con cuatro delegados cada una. Son estas comisiones sobre las cuales recae la tarea de coordinación y administración del municipio autónomo. Forma parte de las tareas de las comisiones el ponerse en contacto con los/las representantes de las comunidades para tratar los asuntos de su competencia y consultar su opinión. Todas las comisiones se juntan una vez al mes o, como mínimo, cada trimestre para coordinar sus trabajos.
Para la toma de decisiones el parlamento regional y las distintas comisiones convocan reuniones con los responsables locales para tratar los temas en cuestión. Éstos trasladan las discusiones y propuestas a la asamblea de cada comunidad para la ratificación o el rechazo de la decisión tomada.
El municipio en cuestión comprende en la actualidad las comisiones siguientes:
- Honor y Justicia: encargada de la administración de justicia según las formas tradicionales en las que rige la idea restituiva del daño sobre la punitiva; así por ejemplo, un delito no se sanciona con una multa o la cárcel sino con la obligación de restituir el daño causado y/o de realizar trabajos complementarios.
- Educación: su trabajo consiste básicamente en la capacitación de personal docente procedente de las propias comunidades, para que se puedan impartir las clases en su propia lengua y las materias que le parezcan importantes a la gente.
Salud: su cometido principal es la capacitación de los llamados promotores de salud, es decir la formación de personas procedentes de las comunidades. Según las afirmaciones de un integrante de la comisión están buscando una síntesis entre los saberes de la medicina tradicional y la medicina oficial.
- Tierra y territorio: se encarga de posibles conflictos de lindes territoriales, trata cuestiones ecológicas y trabaja estrechamente con la llamada comisión de
- Producción y comercialización: esta comisión está encargada con el estudio de las necesidades de las comunidades y de la coordinación de los medios de producción existentes. Por ejemplo, tiene que coordinar de forma equitativa la utilización del único tractor de todo el municipio. Lo mismo se refiere al único secador de café. La tierra, el ganado y el café se trabaja de forma colectiva. La tarea de la comisión consiste en buscar mercados para los productos excedentes eludiendo los intermediarios (los llamados "coyotes") o en contactar con otras regiones del mismo municipio o con otros municipios autónomos para intercambiar el superávit de la producción. A nivel interno, se combina la producción de autoconsumo familiar con la producción colectiva.
Mujeres: según la tradición indígena las mujeres no pueden desempeñar cargos representativos de la comunidad, sin embargo en las zonas zapatistas se está obrando un cambio en este sentido. De momento, la comisión de mujeres está encargada con todo lo que esté relacionado con los trabajos de las mujeres sirviendo al mismo tiempo como foco de organización de las mismas.
Ancianos: la comisión de ancianos es un órgano consultivo y de conciliación en caso de conflictos. Según la costumbre indígena el consejo de ancianos tiene un peso específico ya que se valora su experiencia adquirida durante años y su ecuanimidad de juicio propia de la vejez.
Juventud: La comisión de jóvenes trata todo relacionado con la problemática de los jóvenes y niños.
Impuestos y finanzas: esta comisión es la encargada de la recaudación de impuestos (básicamente de los vendedores en los mercados) y de la consecución y del reparto de fondos. (Hay que tener en cuenta que los municipios autónomos rechazan la ayuda oficial, especialmente la procedente del gobierno estatal cuyo gobernador interino suplente es considerado un usurpador ya que su antecesor ganó las elecciones de forma fraudulenta, mientras que él fue nombrado directamente por el gobierno del PRI.).
Junto a esta comisiones que ya funcionan en este municipio hay otras que están constituidas, pero que no han empezado a trabajar, sea por falta de medios, sea por encontrarse todavía en un proceso de definición: derechos humanos, política/politización y trabajo.
Todas estas instancias de coordinación y gestión se rigen por lo que se ha venido a llamar "el mandar obedeciendo". Detrás de esta consigna se esconde una profunda desconfianza frente al poder muy extendida en todos los pueblos tradicionales. Esta desconfianza les ha llevado a un entramado complejo de reglas interiores que varían en cada región y pueblo, pero que tienen la finalidad compartida de que el "cargo sea una carga".
Por ejemplo, en algunos pueblos las llamadas autoridades tienen que cambiar cada año, de modo que todos tienen que pasar por cada cargo de la comunidad (que son muchos más de los mencionados arriba para la coordinación dentro del municipio autónomo). En otros existe el ritual de apedrear la casa de los cargos electos para que lo acepten y un largo etcétera.
Todo ello tiene el objetivo de recordar a los representantes que tienen que cumplir con el mandato de la comunidad. Se trata de un mandato cuya legitimidad no radica tanto en el voto mayoritario sino en la capacidad de estos representantes de conseguir un consenso entre los habitantes.
Esta estructura de contra-poder subyace igualmente en los municipios autónomos que sólo pueden sobrevivir (y más en las condiciones de guerra a las que están sometidos) a partir de los impulsos que vienen de cada comunidad donde la gente desde su cotidianidad marcada por la colectividad y el espíritu de ayuda mutua organiza su vida, su trabajo y sus fiestas. Este espíritu comunitario no es algo que hayan inventado los zapatistas o una peculiaridad de la Selva Lacandona. Tal como lo expresó el Subcomandante Marcos una vez: "El trabajo colectivo, el pensamiento democrático, la sujeción al acuerdo de la mayoría son más que una tradición en zona indígena, han sido la única posibilidad de sobrevivencia, de resistencia, de dignidad y rebeldía."En este sentido los municipios autónomos no son ni mucho menos otra expresión simbólica de la lucha zapatista sino una forma eminentemente práctica de autogestionar la vida conforme a los deseos y necesidades de la gente. Al mismo tiempo, la estrategia de insurgencia civil que se expresa en los municipios autónomos ha creado escuela. Es decir, en la actualidad, y gracias a los municipios autónomos, los zapatistas se han extendido por toda Chiapas. De hecho, gran parte de la guerra sucia emprendida por el gobierno en forma de creación de grupos paramilitares se explica por el intento del Poder de impedir la extensión y el afincamiento de esta forma de vida diametralmente opuesta a la lógica dominante articulada por el enriquecimiento individual, el desarrollismo y la centralización de poder.
De más a más, la creación de municipios autónomos y la determinación de su funcionamiento por parte de los propios habitantes está contemplada en los Acuerdos de San Andrés. Como es sabido los Acuerdos de San Andrés fueron el fruto de toda una reflexión colectiva de un gran número de representantes de pueblos indígenas de todo México. Era precisamente esta diversidad de enfoques que hizo que los Acuerdos de San Andrés fueran concebidos como una especie de "paraguas" debajo del cual tenía que caber la multiplicidad de las formas de vida colectiva de los pueblos indígenas. La expresión "por un mundo donde quepan todos los mundos" tiene su verdad profunda precisamente en esta forma de autorregulación.
Viendo la falta de disposición del gobierno mexicano a cumplir los Acuerdos de San Andrés, el Congreso Nacional Indígena promulgó recientemente la creación de 20 municipios autónomos en otros estados de la República Mexicana. Pero no nos imaginemos estos otros 20 municipios como un modelo ideal calcado del funcionamiento particular expuesto arriba. Tantos los unos como los otros son expresiones diversas de vida nacidas de las tradiciones particulares y de la experimentación frente a los retos actuales. Lo que los une entre sí y lo que nos une con ellos es el rechazo al mundo dominado por el dinero y el poder.
En este sentido, sobre todas las denuncias de las arbitrariedades y brutalidades del Poder no se debería olvidar que los zapatistas y, por extensión, los pueblos indígenas de México y de otras partes no pueden ser reducidos a víctimas de la represión, sino que la represión es un intento cruento y desesperado del Poder a contener su dinámica de autoorganización.
Para contrarrestar esta cruzada del régimen mexicano, apoyado tanto por los E.E.U.U. como por la UE, es importante que nos imaginemos formas de apoyo a estas comunidades en resistencia. Una de ellas consiste ciertamente en los esfuerzos de garantizar la presencia de observadores nacionales e internacionales en la zona, ya que son las mismas comunidades que la piden. Sin embargo, no deberíamos olvidar que la solidaridad sólo se da entre iguales, es decir entre los que comparten el rechazo al sistema mundial determinado por el dinero, el poder y por la muerte lenta en el trabajo y en las celdas de aislamiento y soledad de la selva de hormigón armado. Es a partir de este No compartido desde el cual se pueden afirmar la diversidad de formas del querer vivr.
Fuentes: Chiapas 5, Editorial Era; Ojarasca 5, marzo de 1998, entrevistas con representantes de municipios autónomos.
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