ANEXO 3: Breve historia del turismo

El hombre viaja desde su aparición en la Tierra por necesidad. Es muy probable que las poblaciones nómadas hayan aparecido antes que las sedentarias, lo que demuestra que la necesidad de moverse es una característica humana. En el caso de los nómadas la movilidad territorial es un aspecto esencial de la identidad. Lo mismo se puede decir de marineros y mercantes que viajaban, y aún lo hacen, "por trabajo".

Fundamental en la historia del viaje es la figura del peregrino. El peregrinaje, debido a su carácter de fenómeno de masas, periódico y organizado, ha sido considerado el antecedente del viaje moderno. El peregrino se mueve por rutas preestablecidas y descansa en lugares adecuados para ello, igual que el turista moderno viaja en grupos y duerme en hoteles.

Sólo en tiempos más reciente se empieza a viajar "por diversión". Los inicios de este turismo se encuenran en la experiencia del Grand Tour: a partir del siglo XVIII, los hijos de la nobleza inglesa viajaban durante meses por las diferentes capitales europeas como colofón a su formación.

En este mismo periodo surgen los balnearios y se ponen de moda las localidades de veraneo en la montaña y al mar. En 1841 Thomas Cook comenzó a vender pasajes de tren entre Leicester y Loughborough, por los que se le considera el primer organizador de viajes turísticos; en 1855 ya organizaba viajes "todo incluido" a la Exposición de Paris.

Pero en aquella época el turismo era una experiencia limitada a pocas personas. Es en los años entre las dos guerras mundiales, y especialmente tras la segunda, cuando se gesta y desarrolla el fenómeno del turismo de masas. Con el boom económico, el turismo al extranjero toma grandes proporciones. Los primeros en participar en este tipo de vacaciones son los norteamericanos, los europeos en los años '60 y, poco más tarde, los canadienses, japoneses y australianos. En los años '80 empiezan a viajar también las minorías acaudaldas de la India, Brasil, México, Sudáfrica, etc.

Tres han sido los aceleradores fundamentales que han transformado el turismo en una industria:

El verdadero detonador de la revolución turística ha sido la clase trabajadora de los países industrializados, que en los años '80 empezó a disfrutar de "paraísos" lejanos. En el Sur, por el contrario, el fenómeno turístico es todavía insignificante: África y Asia Meridional, por ejemplo, no reciben ni producen flujos turísticos relevantes.