Lo siguiente es capítulo 8 de nuestro informe Ni Paz Ni Justicia que habla de la guerra civil que sufren los ch'oles en la zona norte de Chiapas. En las próximas semanas estaremos trabajando esta página para mejorar su presentación. Cambiaremos su formato, incluiremos fotos y más documentación, y ojalá la pondremos al día incluyendo los últimos acontecimientos en Chenalhó.

8. UNA APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA: Aplicación del Manual de Guerra Irregular del Ejército Nacional Mexicano en la Zona Norte de Chiapas.

Es de todos conocido que estamos viviendo en un contexto de Guerra de Baja Intensidad (GBI). De hecho, la situación de la región Norte muestra acciones no sólo de baja intensidad, sino también de combates de alta intensidad. Para comprender mejor su actuación, es indispensable analizar qué es la GBI, cuáles son sus orígenes y cómo se ha aplicado en México y en el caso particular de Chiapas y la Zona Norte.

8.1. APROXIMACIÓN AL CONCEPTO.

La GBI es una estrategia contrainsurgente nacida del desastre imperialista sufrido por los Estados Unidos de América (EUA) en la Guerra de Vietnam (1962-1973).

Los conflictos o guerras de baja intensidad son aquéllos en los que se involucran "movimientos subversivos o insurgentes, y gobiernos revolucionarios." Se distinguen de los conflictos convencionales o de alta intensidad por el tipo de fuerzas empleadas en ellos. Por una parte se tiene a movimientos insurgentes con arraigo popular que luchan en contra de una potencia colonial o imperialista (ó bien, gobiernos revolucionarios surgidos de éstos movimientos). Por la otra, hallamos a la potencia colonial o imperialista, secundada por sus representantes y/o aliados locales. Estas guerras contra-insurgentes no pueden ganarse por medio del aniquilamiento físico del enemigo debido al gran arraigo popular que tienen los movimientos rebeldes anti-imperialistas. Aquél les da mayor legitimidad y fuerza, al tiempo que debilita la posición de la potencia colonial o imperialista en el escenario internacional y ante su propia opinión pública.

Entendemos GBI como una estrategia global de contrainsurgencia a nivel militar, económico y psicológico. La GBI se desarrolla en tres frentes: (1) el militar; (2) el de las instituciones civiles y; (3) el de la opinión pública. En cada uno de estos tres frentes hay diversas tareas que los entrelazan. En este capítulo del Informe nos interesa señalar someramente algunas de las tareas en cada frente y trazar la simetría de ellas con la situación real que se vive en el estado de Chiapas, especialmente en la Zona Norte.

Cabe señalar que el Ejército Nacional Mexicano (ENM) ha admitido entre sus doctrinas las ideas de GBI, pero adecuándolas al contexto nacional. Distinguir éstas divergencias entre la "versión mexicana" y el modelo norteamericano original es muy relevante, pues nos explicará mucho de lo que las Fuerzas Armadas mexicanas hacen actualmente en El Norte.

8.2. RECEPCIÓN MEXICANA DE LA GBI.

Aunque el ENM había mantenido una política constante de aislamiento respecto de la opinión pública (especialmente en temas que pudiesen poner en entredicho su declarada vocación popular y su origen revolucionario), en los últimos años el aumento del profesionalismo y capacitación de sus cuadros dirigentes le ha llevado a publicar una serie de manuales que, aunque dirigidos a oficiales y jefes, han encontrado su camino hacia el público más general. Al mismo tiempo que la opinión pública nacional se ha hecho más fuerte, crítica y sensible de información, la discreción militar mexicana se ha ido flexibilizando. Pero no lo suficiente: el ENM sigue siendo el gran desconocido en la política nacional. Los mexicanos desconocemos una de las más importantes (y potencialmente peligrosas) instituciones de la República. Por ello, es esencial analizar el tomo segundo del Manual de Guerra Irregular. Operaciones de Contraguerrilla o Restauración del orden, (Sedena, 1995), en el que se asume la doctrina de GBI y se la aplica a la realidad mexicana, tal y como la perciben nuestras Fuerzas Armadas.

En su manual, el ENM repite a sus oficiales y jefes, una y otra vez, que dado que México es un país revolucionario, todo movimiento rebelde debe ser considerado contrarrevolucionario. Dentro de la misma tónica, los mexicanos que "tomen las armas en contra de las instituciones legalmente constituidas, ... no serán considerados guerrilleros o beligerantes y serán tratados como rebeldes, ... en éste caso las fuerzas armadas conducirán operaciones de restauración del orden." Para el ENM las guerrillas sólo pueden ser entendidas como producto de la invasión extranjera, cuando traidores a la patria se suman a los esfuerzos del invasor; o como parte de una estrategia extranjera similar a la empleada por los EUA contra la Nicaragua Sandinista. Siendo que el ENM se declara preparado para asumir él mismo la táctica de guerrilla en caso de invasión extranjera y que el primer tomo del Manual de Guerra Irregular está dedicado a las operaciones de guerrilla en contexto de una invasión, es entendible la preocupación ideológica de los editores castrenses en clarificar que sólo las Fuerzas Armadas están legitimadas para asumir el históricamente honroso título de guerrillero.

Sorprende tal preocupación teórica alrededor del título que se otorga a los insurgentes:

...Recuérdese que los insurgentes son los héroes que nos dieron libertad, emancipando México del colonialismo español.

Dicha preocupación no es fortuita. El ENM es un ejército nacido de una historia convulsionada. Esta historia es concebida por los militares de acuerdo a los cánones del régimen postrevolucionario: una lucha popular de los mexicanos (mestizos, agraristas, nacionalistas) en contra de los opresores extranjeros (España, Francia, EUA). La institución castrense reconoce la importancia y la conveniencia de mantener las apariencias revolucionarias y nacionalistas que sustentan su legitimidad como fuerza armada.

Por lo anterior, la incorporación de la doctrina de GBI en los manuales de las Fuerzas Armadas Mexicanas es difícil: se trata de una doctrina desarrollada para destruir movimientos como el que (paradojas aparte) dió origen al régimen mexicano moderno y a su ejército. Y sin embargo, ése régimen y ése ejército han finiquitado el largo periplo que vá del movimiento revolucionario al Estado y del Estado a la dictadura (1920-1988) viéndose entonces en la necesidad de adoptar una estrategia indispensable para combatir a los nuevos insurgentes que la Historia le ha traído a la puerta. El lector no debe por tanto engañarse: aunque el ENM declare que las guerrillas en su contra "tampoco se consideran estados de insurgencia, ya que México no es colonia de ningún país y jamás lo será," lo cierto es que el proceso histórico reciente ha puesto al ENM en la misma posición que los ejércitos de Guatemala y El Salvador en los 1980´s. Tristemente, hoy la Zona Norte de Chiapas sufre por la nueva posición histórica de nuestras Fuerzas Armadas: los ch´oles sufren el embate de la GBI y de la contrainsurgencia a manos del ENM y sus esbirros, Paz y Justicia.

8.3. TEORÍA DE LOS TRES FRENTES.

Una somera aproximación a la GBI nos muestra tres frentes fundamentales:

Campamento militar

foto: J.M-W, CDHFBC

Los frentes descritos forman un todo: el primero asegura que las tropas y mandos involucrados (fuerzas especiales) no cometan errores que puedan destruir la imagen pública del ejército contrainsurgente; aparte, las operaciones quirúrgicas, siendo menos escandalosas, hacen más fácil la lealtad de fuerzas civiles que de otra manera no estarían dispuestas a participar en la represión de los rebeldes. La participación de civiles, finalmente, es "buena prensa." Y el manejo de opinión pública asegura la legitimidad de todo el proceso.

8.3.1. El Frente Militar.

La aplicación de GBI ha generado en las instituciones militares y en el aparato civil exterior lo siguiente: (A) formación de fuerzas de élite, (B) comandos especiales, (C) grupos de alto rendimiento y/o fuerzas de desplazamiento rápido.

la revalorización de los elementos de lo civil y de lo religioso en la lucha ideológica. La creación de Unidades de Despliege Rápido, según los informes del Pentágono, son ya un hecho en México y operan en Chiapas. Un informe secreto del Pentágono norteamericano revela que el ENM adquirió aviones de espionaje Cóndor para observar y localizar tropas enemigas. Esta información es esencial, según el coronel Fletcher Ware de los EUA, para instrumentar operativos quirúrgicos. La idea central de estas y otras nuevas unidades es relevar/suplantar a las unidades convencionales del Ejército.

 

Administrativamente, significan reorientar la capacitación y los presupuestos militares para mantener estas unidades y sus actividades.

 

Está claro que en Chiapas se está dando una disminución del tamaño de las unidades militares. De acuerdo a la cronología de este Informe, en varias momentos se nota el incremento de presencia y movilización de tropa en el territorio del estado; pero en los momentos de "calma" (de aplicación de la GBI), aparentemente el número de tropas se reduce. De hecho, en la Zona Norte la presencia militar no es numerosa, pero sí muy efectiva. (El relativamente reducido número ha llevado a Paz y Justicia a exigir un aumento de las tropas en el área.) La Onceava Brigada de Operaciones Mixta (11ª BOM), que es la unidad responsable del área, es probablemente un cuerpo de tropas especiales en el sentido señalado por la doctrina de GBI.

 

La reorganización de las unidades de combate es también evidente: Cuando personal del ENM inicia labores de "servicio social" o de "asistencia a la población civil" las tropas cambian y se posicionan pequeñas unidades en regiones nuevas distrayendo la atención pública respecto de la presencia masiva del ENM en el estado.

El aumento de la capacidad de movimiento se da tanto mediante el mejoramiento de las vías terrestres de comunicación como por la adquisición de modernos vehículos. En la Zona Norte los caminos han mejorado sensiblemente y los Humbees artillados son la orden del día. Los constantes patrullajes entre la base de la 11ª BOM a orillas del Tuliljá y el río Chinal son, en verdad, un logro logístico. Es claro que su operativización incluye arreglos con los líderes del grupo paramilitar Paz y Justicia: el 29 de Agosto, la delegación de la Estación Norte y de Human Rights Watch/Americas fué convenientemente interceptada por el grupo paramilitar, justo después de que el ENM, el CSP, y los funcionarios estatales habían salido de Miguel Alemán. Con igual "puntualidad" llegó el Director General de Gobierno a "salvar" a los miembros de las ONG´s quince minutos más tarde. Y, cinco kilómetros al Este, fué el comandante de la 11ª BOM quien coordinó la reunión de los observadores civiles con las bases de Paz y Justicia.

Humbee artillado. foto: J.M-W, CDHFBC

8.3.2. El Frente de los auxiliares civiles.

Respecto al segundo frente, muchos de los conceptos que en una guerra de alta intensidad no se comprenden en la estrategia militar, porque se consideraban propios de la política, en la GBI sí se contemplan y se redefinen militarmente.

Por ejemplo, se plantea el desarrollo de programas de contenido no militar, como puede ser la ayuda humanitaria, la asistencia social, etc. En la Zona Norte de Chiapas, estas ideas se han implementado claramente. Un proyecto económico es indispensable para el esquema global de contrainsurgencia. Es parte de la estrategia de "contención" y "achicamiento" de los rebeldes. Tratará de adecuar un nuevo modelo para la acumulación capitalista. Para hacerlo, debe "modernizar" la economía. En el caso de la región ch´ol, debe modernizarse el sector agrícola, sustituyendo los tradicionales roles y modelos comunales por unidades económicas modernas y eficientes. Para lo anterior, deben fundarse nuevos polos de desarrollo. La oferta Estatal de facilidades para la inversión en las zonas agrícolas ha sido bien recibida por algunos consorcios mexicanos emergentes. Por supuesto, para ello es necesario abrir los candados jurídicos impuestos a la tenencia colectiva de la tierra.

En la GBI es esencial el desarrollo de programas de contenido no militar como: ayuda humanitaria, asistencia social, apoyo a población civil, construcción de caminos y puentes. Una idea que redondea lo anterior son las "Aldeas Estratégicas" cuyo modelo extremo se aplicó en Guatemala. La traducción mexicana serían centros o polos de desarrollo. La GBI prevé desarrollar áreas o zonas bien resguardadas militarmente y mejor controladas políticamente. En su versión extrema, la GBI significaría la desaparición del campesino mesoamericano para dar lugar a una especie de farmer artificial, y la substitución de la cultura del maíz por los cultivos de la agro-exportación ligados a las transnacionales (mexicanas o extranjeras).

De igual manera, parte de este frente "civilista" depende de la implementación de coordinaciones federales y estatales para el desarrollo social. Los operadores de estas agencias son civiles. La presencia de éstos no elimina, sino que oculta/complementa el carácter militar de la estrategia de desarrollo: se justifica para arrebatarle banderas a los rebeldes y para "reimplantar" el Estado de Derecho. Concretamente, en la región ch´ol ya hay coordinaciones "interinstitucionales" del Gobierno Federal y Estatal controladas desde Palenque. La idea de que los problemas se resolverán con proyectos productivos está presente en todos y cada una de las declaraciones de funcionarios estatales y federales. Y, por supuesto, en los de los líderes de Paz y Justicia. La única duda que queda es si éstas personas realmente creen en lo que dicen ó si son conscientes de ser portavoces del proyecto de guerra irregular del ENM. En el primer caso se trataría de ser manipulados y usados como títeres perfectamente cooptados por el aparato militar de contrainsurgencia. En el segundo, más vale no calificarles por escrito.

En la experiencia de otros rincones de la Patria Grande Latinoamericana: En la experiencia guatemalteca la GBI implementó las coordinadoras institucionales: "organismos de enlace y dirección a nivel de cada provincia y que asumen los programas de desarrollo. Aparentemente buscan la descentralización y la canalización eficaz de los recursos para los programas departamentales y locales. En Guatemala, parte de los recursos de este programa están controlados por el ejército y aplicados a los proyectos de contrainsurgencia". En 1996, ocho años después de sistematizada la GBI guatemalteca, en Palenque surgió una instancia similar coordinada por Rodolfo Lobato. Incluso, se denomina "Interinstitucional." Tiene varias sedes. Una en Palenque mismo coordinada por Manuel Mauricio; otra en Tila coordinada por Ignacio García; hay otras en Ocosingo y Comitán. Tal pareciera que cumplirán objetivos similares a los de sus predecesoras guatemaltecas.

Otro aspecto del segundo frente es la reorientación y el aumento del papel de las fuerzas de seguridad no militares (policías). La militarización y el transvase de elementos del ejército en espacios policiacos y de seguridad cada vez es mayor en todo México. En Chiapas, desde hace años, el Cuerpo de Seguridad Pública (CSP) está comandado por elementos (supuestamente retirados) del Ejército. (Actualmente, su comandante es el Mayor de Infantería Retirado Eduardo Sosa del Río.) La táctica descrita posibilita una presencia constante de las fuerzas armadas en la seguridad pública y en las policías, cuidando al mismo tiempo la imagen institucional del Ejército. Hay múltiples testimonios de que algunos elementos de Seguridad Pública que participan en operativos violentos (como desalojos) en la Zona Norte, son reconocidos en otros momentos entre las filas del ENM. Es decir, hay tropa que cambia de uniforme para realizar operaciones sucias, manteniendo limpia la imagen del instituto armado.

En la región ch´ol, se tienen desplazados perredistas y priístas, sin embargo éstos son tratados diferencialmente de acuerdo a su origen y filiación. Se ayuda inmediatamente a los priístas de Paz y Justicia. (Basta seguir las giras del Gobernador Interino para ver que la derrama de recursos solamente beneficia a organizaciones fieles a los intereses del Estado.)Tanto el ENM y como el CSP se trasladan de inmediato a sus lugares de refugio para entregarles despensas, material de construcción y otros apoyos. Eventualmente, se les ayuda a regresar a sus comunidades de origen. Ésto, incluso cuando implique enfrentamientos con la mayoría opositora en ellas. Luego de asegurar el retorno, y de establecer una guarnición en el lugar (para "protegerlos") se les reconstruyen sus casas, quedando el campamento del CSP permanentemente instalado en la localidad. (Caso de los 140 miembros de Paz y Justicia retornados a Cerro Misopá, Tila, el 6 de Septiembre de 1996.) En cambio, a los desplazados opositores (que suman diez veces el número de los priístas y que son víctimas de Paz y Justicia) se les mantiene aislados en el monte y en sus comunidades de refugio, impidiéndoles moverse por los caminos y dificultándoles el acceso de alimentos y medicinas. (Caso de 1500 miembros del PRD refugiados en Jomajil de Junio a Octubre de 1996, y sitiados en Masojá Shucjá desde el 18 de Junio de ese año.)

Nos dice Vergara que "es común en la estrategia contrainsurgente el trasladar y reconcentrar en localidades controladas a sectores importantes de una población para separarlas de las fuerzas insurgentes." Si en un momento dado se dieran retornos de perredistas, es seguro que se use la presencia del CSP y del ENM para aislarles entre sí y del zapatismo en general. Aquí cabe reflexionar que la GBI aplicada en la región ch´ol tuvo un grave descalabro: el desplazamiento de los perredistas hacia comunidades amigas al Oeste de Masojá Jolnixtié les permitió mantener sus vías de comunicación y coordinar su resistencia. Tal vez por ello es que se ha coqueteado con la idea de los retornos masivos en los sectores oficiales. La Sociedad Civil mexicana debe velar porque la justa demanda de regresar a sus hogares no sea manipulada por las autoridades militares contra los ch´oles.

Aislar a los ch´oles del resto de la sociedad mexicana, para poder destruirlos y/o controlarlos, parece ser uno de los objetivos centrales de la estrategia contrainsurgente del ENM en la Zona Norte. La GBI, que busca acabar con las retaguardias de los movimientos revolucionarios, debe desarticular el trabajo comunitario de iglesias, ONG’s, sindicatos etc. No importa que sean nacionales o extranjeros. Tal es otro contexto de la expulsión de los tres sacerdotes extranjeros el 22 de Junio de 1995 y la trampa tendida a otros dos para que saliesen del país en Septiembre de 1995. Por ello se busca reducir y fragmentar los equipos pastorales de la Iglesia de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas entre los ch´oles. Por ello es que las autoridades encargadas de los diálogos de reconciliación "fallan" a sus citas con las organizaciones no gubernamentales defensoras de Derechos Humanos y les impiden, de facto, estar presentes cuando "negocian" (imponen) las condiciones del ENM a los perredistas desplazados en Tila. [En Septiembre y Octubre de 1996, el Director General de Gobierno, Lic. Coutiño "falló al programarse" al menos cuatro veces. En cada una de estas ocasiones, evidentemente actuaba bajo las órdenes del mando militar.]

El aparato civil de Chiapas es manipulado por el Ejército en función de la imagen: la cara pública de todas las iniciativas la dá el Gobierno Interino del estado desde la Secretaría de Gobierno ó desde la Gubernatura misma. Así, el 13 de Septiembre, el gobernador interino "pide" al ENM que "continúe" sus labores de asistencia social en Tila. El fin de semana siguiente se dan consultas médicas, odontológicas y corte de cabello en las poblaciones de Paz y Justicia de El Limar, Agua Fría, Masojá Grande y Masojá Chico. En la TV aparecen soldados jugando a la ronda con inocentes niños campesinos de El Limar.

Los funcionarios chiapanecos organizan foros, encuentros, y usan todas las tribunas para asegurar que no hay guerra. Todas ellas son espacios paralelos a los creados por el Diálogo entre el Gobierno Federal y el EZLN. Tienen la finalidad de generar imágenes distorsionadas en la opinión pública y convencer a su público de la bondad de los programas que ofrecen las autoridades. Mientras tanto, la amenaza de una operación "rápida" o "quirúrgica" militar se mantiene siempre presente en el horizonte, amenazante. Tal es el objeto de la GBI: reducir al mínimo los dolores sociales (y morales) de la guerra para la opinión pública, pero mantener por siempre la espada de Damocles sobre un pueblo cada día más esclavo de la TV.

8.3.2. El Frente de la Opinión Pública.

En el frente de la opinión pública, la batalla se libra a dos niveles: internacional y nacional. En el nivel nacional, es necesario que el ENM controle tanto las comunidades sobre las que aplica el esquema de GBI, como la opinión pública más general.

Opinión Pública Nacional: Distorsiona. Minimiza. Desdibuja.

Empecemos nuestro análisis en el nivel nacional y pasemos luego a la manipulación comunitaria. Para convencer y controlar la opinión general, el Estado utiliza la prensa escrita (ésa vieja y efectiva herencia del siglo XVIII). Pero hoy en día, junto a los periódicos y revistas, son esenciales las transmisiones radiofónicas y televisivas (conteniendo noticias, ensayos, artículos, estudios, propuestas, etc.). La información generada está orientada a crear una imagen de legitimidad para las acciones emprendidas por el ENM y sus colaboradores civiles. Se trata de una diplomacia pública en la que los elementos psicológicos juegan un gran papel.

En ésta batalla de la Guerra de papel y de las Imágenes, las ideas en contra de la revolución se vuelven estratégicas. El comandante militar debe estar preparado para romper las redes sociales que mantienen a los rebeldes en pié. Para ello, debe dividir familias y comunidades en base a la promoción de su propia interpretación de la guerra. La ideología se vuelve así un asunto militar. ¿Qué tanto puede ganar el Estado en este frente? No queda claro. Serge Gruzinski ha encontrado que los intentos del Estado Barroco Mexicano en los siglos XVII y XVIII para controlar el significado, uso, y desarrollo de sus propias imágenes fueron vanos. Y lo fueron no por incapacidad tecnológica (el Estado Mexicano de la postrevolución agónica tiene un millón más de facultades en ése terreno); sino porque la Guerra de Las Imágenes es una que nadie puede controlar, no ya ganar.

Este frente de la GBI se ha desplegado en Chiapas desde hace tiempo, y se desarrolla entre la fuerza y la torpeza. La opinión pública nacional es bombardeada indiscriminadamente con mentiras mezcladas con cierta verdad: Se trata de atosigar al público, hacer desvariar su concepto de la realidad y, desvirtuar el papel de los actores que no participan como aliados en la estrategia del Estado.

En la Zona Norte, es clara la intención de minimizar la guerra civil: Los funcionarios de la Secretaría General de Gobierno declaran siempre que el conflicto se debe a "problemas internos de organizaciones;" que los asesinatos son producto de la "brujería;" ó bien que "las rencillas familiares cobran víctimas." ¿Para qué? se pregunta el lector. Para poder actuar impunemente, destruyendo la organización política y social de la oposición sin la supervisión/interferencia de la opinión pública.

La GBI, aparte de minimizar los problemas ante la opinión, procura desdibujar las identidades colectivas de los actores en la región ch´ol. Ejemplo: el 11 de Septiembre el Lic. Coutiño (Director General de Gobierno) se reunió con los dirigentes del grupo paramilitar Paz y Justicia y con delegados de los desplazados perredistas de las Tierras Bajas de Tila. El objeto era calendarizar los retornos de los perredistas. No se logró ningún acuerdo entre las partes. Coutiño, sin embargo, declaró que había grandes acuerdos entre el "PRI" y "Arriera Nocturna." El lector sabe que éstas dos identidades de los actores en conflicto, sin ser falsas, no representan claramente la guerra civil que protagonizan "Paz y Justicia" y el "PRD/Bases Zapatistas." Al subrayar las identidades menos conflictivas, el funcionario oculta la verdadera naturaleza del conflicto y permite que la GBI se siga implementando impunemente contra los ch´oles opositores del régimen priísta.

La Opinión Pública A Nivel Comunitario: Divide y Vence.

Como hemos visto, el Estado, al manejar la información que llega a la opinión pública distorsiona, descalifica, minimiza y desdibuja la realidad del conflicto en la región ch´ol. Ahora bien, a nivel comunitario, el juego de la manipulación de los imaginarios colectivos puede convertir al más ilustrado general ó secretario en un desdichado aprendiz de brujo. El material con que se juega la guerra psicológica es muy peligroso. La GBI predica la redefinición y revalorización de los elementos civiles y religiosos a partir de las necesidades militares. Xabier Gorostiaga nos dice que la GBI es una guerra total y por ende incluye lo religioso. Es más: se trata de una guerra religiosa en la que "[s]e lucha por conquistar la ‘mente y el corazón’ es decir, es una guerra por la legitimidad que el nombre de Dios da a las alternativas en conflicto. (...) La GBI incorpora la lucha religiosa, dividiendo a la iglesia, incorporando a las nuevas sectas fundamentalistas y ‘satanizando’ las demandas de (los) pueblos emergentes."

El esquema descrito por Gorostiaga nace de la realidad centroamericana, especialmente de la guatemalteca, cuya sociedad "es el modelo más dramático..." Allí la publicación de un "evangelio" favorable al Ejército represor se dió por todos los medios: empezando por el Presidente de la República predicado en TV la muerte del enemigo. El ENM está desarrollando entre los ch´oles una matriz semejante: las declaraciones de Samuel Sánchez Sánchez respecto a la naturaleza del conflicto apuntan justamente en este sentido:

Este es un problema entre la Iglesia Católica, que es una institución muy antigua, con mucha tradición, con mucho poder; y el PRI, que es la tradición en nuestra tierra y al que la Iglesia quiere reducirle su fuerza.

Invariablemente, los funcionarios menores del gobierno chiapaneco señalan a los catequistas y Agentes de Pastoral católicos como los responsables de la violencia. A nivel federal, es sabido que el Instituto Nacional de Migración (INM) considera a los religiosos católicos extranjeros un problema de seguridad nacional. (Un miedo del que los liberales puros de la Guerra de Reforma se sentirían avergonzados.)

Se ha comprobado que parte de la ideologización anti-católica y contrainsurgente que el ENM ha iniciado dentro de las comunidades ch´oles se realiza a través del Instituto Bíblico de Palenque, una casa de formación presbiteriana en donde se forman no sólo pastores de ésta iglesia, sino también Adventistas. Presbiterianos y Adventistas son la mayoría de los cuadros y tropa del grupo paramilitar Paz y Justicia. Están convencidos, les han enseñado a estarlo, de que su lucha es contra "los obispos y sacerdotes [católicos, que] representan la mujer ramera, la gran vestia [sic], la gran Babilonia la grande, la madre de todos los males del mundo. Ellos son los culpables de todos los crímenes."

Ideologizar así la religión; enfrentar así protestantes y católicos; es preparar una cosecha de tempestades que ni siquiera el ENM podría controlar.

La Opinión Pública Internacional: Cuida Tu Buena Fama.

Finalmente, a nivel del Estado-Nación, la GBI obliga a invertir en grandes esfuerzos de cabildeo en el extranjero (siempre en los caros países del Primer Mundo); en la organización de eventos internacionales (en el país, con estrellas extranjeras); en conferencias, encuentros, congresos, etc. Todo, para ganar el apoyo de la "comunidad de Naciones" a esta modalidad de guerra y legitimar algunas de sus acciones.

8.4. CONCLUSIONES.

Resumiendo, la GBI es esencialmente una GUERRA DE DESGASTE con la que el ENM evita los grandes enfrentamientos y reduce sus desplazamientos. La estrategia le permite agotar lentamente a su enemigo, los campesinos indígenas de Chiapas. Reduce, poco a poco sus recursos materiales, su entereza psicológica y sus valores espirituales. Mina la autoridad popular de sus líderes y/ó de sus aliados. Desgasta la habilidad política de sus cuadros. Corta y reduce el apoyo moral que pudiera generar sobre sí. Cierra las puertas a la solidaridad nacional e internacional. Todo lo anterior, mientras el régimen se mantiene a la defensiva, haciendo correr el tiempo en su favor.

Pero la posición defensiva del régimen en la GBI no es simplemente pasiva, como en el clásico arte bélico. Es una guerra constante en la que el Estado moviliza y manipula todos sus recursos mientras aparenta calma pública. Es una guerra de agotamiento en la que no se trata de eliminar físicamente al enemigo; sino socavarlo, deslegitimarlo, aislarlo, hasta que deje de ser considerado una alternativa política válida y estable para el pueblo.

Por ésto último es que la GBI utiliza métodos semejantes a los usados por los movimientos revolucionarios: porque debe ganarse a la población, confundir a la opinión pública y movilizar sus propios recursos sociales. La represión masiva no es válida, a menos de que sea posible ocultarla. Es preferible la eliminación selectiva (física y/o moral) de los cuadros enemigos. Tal vez por las anteriores características es que la GBI parecerá al lector un artilugio, un artefacto, de la Derecha. Sus objetivos se parecen demasiado a los del fascismo europeo: movilizar a las masas por medio de la manipulación de su imaginario con fines y medios ocultos por inconfesables.